Estos días estamos viviendo la segunda ola de calor del verano. Las altas temperaturas nos obligan muchas veces a quedarnos en casa hasta el atardecer y a hacer uso del aire acondicionado. En principio, para combatir las altas temperaturas, la mejor alternativa es el aire acondicionado, pero un uso excesivo puede disparar la factura de la luz, y además, no todos los hogares disponen de él.
La OMS recomienda que la temperatura de interiores esté por debajo de 32°C durante el día y de 24 °C por la noche. Esto es especialmente importante en los lactantes, las personas mayores y las personas con enfermedades crónicas.
Si no dispones de aire acondicionado en tu hogar, o no puedes tenerlo encendido todo el día, en este artículo vamos a darte algunos consejos para mantener tu hogar lo más fresco posible sin aire acondicionado.
Ventila al amanecer y anochecer
El anochecer y el amanecer son los momentos del día donde las temperaturas están más bajas. Te aconsejamos aprovecharlos y abrir las ventanas y puertas para dejar entrar el aire fresco y que circule por toda la casa.
Cierra persianas y cortinas
Deja las ventanas semiabiertas durante las horas de más calor, para que corra el aire, pero cierra las persianas, visillos o cortinas. Con este simple gesto, la temperatura puede disminuir hasta 6º C.
También recomendamos poner cortinas aislantes térmicas para impedir el paso del calor. Y por supuesto, si tienes toldos, despliégalos para evitar el solo directo.
Aprovecha las corrientes de aire
Potencia que el aire fresco circule por tu casa abriendo del todo aquellas ventanas que den a la calle, ya que suele haber más movimiento de aire. En cambio, las que den al interior, que suelen recibir aire más fresco, déjalas abiertas lo mínimo posible. En los días de calor insoportable también puedes recurrir a este viejo truco de sabiduría popular: remoja tus cortinas con agua y aprovecha el frescor que desprende el aire al pasar por ellas.
Usa bombillas LED
Cambiarte a bombillas LED y olvidarte de las incandescentes supone un ahorro energético y en la factura de la luz, además de desprender menos calor.
Utiliza ventiladores
Tanto los ventiladores de techo como los portátiles son ideales para refrescarnos. Además de ser más económicos que hacer una instalación de aire acondicionado, también consumen mucha menos electricidad.
El Ministerio de Sanidad advierte que los ventiladores “deben situarse a cierta distancia, no recibiendo directamente el aire en el cuerpo. Esto es especialmente importante para las personas que han de permanecer encamadas”.
Para los momentos más sofocantes, con un ventilador, hielo y sal se puede conseguir un sustituto casero del aire acondicionado tradicional. Se trata de colocar un cuenco de metal con hielo y sal delante de un ventilador, si es posible en los marcos de las ventanas dirigiendo el aire hacia el interior de la habitación.
Mantente siempre hidratado
Es importante mantener nuestra temperatura corporal. Para ello, es esencial llevar ropa adecuada, hidratarnos constantemente y mojarnos las muñecas o el cuello. También puedes darte pequeñas duchas templadas para refrescarte.
Sanidad aconseja ingerir comidas ligeras y más frecuentes, así como evitar tomar bebidas con alcohol, cafeína y azúcar durante la ola de calor.
Riega las plantas
Tener plantas es una forma natural y decorativa de protegernos ante el calor. Ellas se encargan de absorber el calor y disminuyen, por tanto, la temperatura ambiente. Regarlas es imprescindible para que estén sanas y además, refrescarás el ambiente al hacerlo.
Algunos ejemplos de plantas ideales para esta ocasión son: el aloe vera, el helecho, el árbol de caucho, las enredaderas y las buganvillas.
Y si tienes terraza, jardín o patio, es recomendable regar el suelo frecuentemente para refrescarlo, puesto que este acumula mucho calor.
Cambia las sábanas y retira alfombras
Es imprescindible hacer un cambio de armario cuando empieza a hacer calor y sustituir las sábanas de franela por unas de algodón. La OMS sugiere, además, no utilizar cojines porque acumulan mucho calor. También es recomendable quitar las alfombras de la casa especialmente si son de pelo largo.
Electrodomésticos y campana extractora
Si puedes, enciende los aparatos eléctricos durante las horas menos calurosas del día o durante la noche El lavavajillas o la lavadora, entre otros, generan mucha energía que se libera en forma de calor. También evita cocinar con el horno. Otro consejo es cerrar las puertas de las habitaciones cuando estos estén funcionando.
Durante una ola de calor intenta cocinar lo mínimo, pero si lo haces utiliza la campaña extractora: más allá de los humos y los olores, ayuda a renovar el aire y rebajar la temperatura en la cocina.