La crisis económica de los últimos años que ha vivido nuestro país y que ha afectado a diferentes sectores, se adivina más suave de cara al año que viene. Y es que se espera que el 2016 sea mucho más fructífero para el sector inmobiliario español, ya no solo en lo que a la compra y al alquiler de viviendas se refiere, sino también de cara a la construcción de nuevos inmuebles y la rehabilitación de edificios históricos de gran valor para las ciudades españolas.
Según las previsiones, estas van a ser las tendencias que definirán el desarrollo del mercado inmobiliario a lo largo del año que viene:
- El número de compraventas podría verse incrementado en un 14% en nuestro país. La recuperación del sector en las grandes ciudades como Madrid, va a dar lugar a una importante mejora en los tiempos de comercialización, aún más si se mantienen las condiciones hipotecarias que ofrecen las entidades financieras desde hace unos meses.
- Se prevé también un aumento de operaciones inmobiliarias en las ciudades costeras de Levante con mayor tradición de crecimiento como, por ejemplo, Barcelona, Valencia, Murcia e Islas Baleares
- Otra de las claves de la recuperación del sector inmobiliario que los expertos prevén para este año es el aumento de compraventa de viviendas de segunda mano y, sobre todo, de alquileres, ambos motivados por una mejora del consumo interno.
- No menos importante va a ser la inversión pública. Si se apuesta por la rehabilitación de las partes más deterioradas de las ciudades, el sector inmobiliario volverá a crecer a buen ritmo.
- La entrada de nuevos inversores provenientes de países con altas tasas de crecimiento como Brasil, India, China o Rusia es otro aspecto que va a tener peso a lo largo de 2016. Este último, que lleva tiempo creciendo a buen ritmo, se siente atraído por el mercado inmobiliario español, no solo como destino turístico, sino como opción de compra de viviendas.
Como vemos, las perspectivas de desarrollo del mercado inmobiliario español son bastante alentadoras, pero dependen en gran medida de una verdadera recuperación económica del país, de la llegada de mayores ingresos en las familias y acompañada de las inversiones públicas y extranjeras, también necesarias para el crecimiento del sector.