Mantener un sistema de calefacción adecuado es fundamental, sobre todo en las fechas en que nos encontramos, donde mantener una temperatura cálida en los hogares es casi una prioridad. No obstante, es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones muy fáciles de poner en práctica pero que, por desconocimiento, no se suelen llevar a cabo. ¡Echad un vistazo a los siguientes consejos!
Revisión de la caldera. Según el Reglamento de las Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), debemos revisar cada dos años la caldera de gas de nuestro hogar de forma obligatoria. En el caso de los calentadores de agua, esta revisión debe realizarse cada 5 años. En cuanto a las calderas de gasóleo, deben revisarse obligatoriamente cada año. Sin embargo, es recomendable que el sistema de calefacción se revise siempre antes de cada invierno, para asegurar el máximo rendimiento de la caldera.
Contener las fugas de calor. Es algo natural que, con el paso del tiempo, los cerramientos de la vivienda se deterioren y el calor se escape. Una buena solución para evitar estas fugas consiste en añadir burletes de espuma para proteger las rendijas de puertas, ventanas y cajas de persiana. Además, podemos aislar el suelo del hogar con alfombras que permitirán mantener aún más la temperatura dentro de la habitación.
Aumento progresivo de la temperatura. Muchos no lo saben, pero las subidas bruscas de la calefacción provocan que el consumo se multiplique. Por ese motivo, los expertos recomiendan subir la temperatura de la calefacción de un modo progresivo en nuestro hogar. Igualmente se recomienda abrigarse un poco más en casa y no ir en manga corta con la calefacción al máximo.
Aprovechamiento de la energía solar. Es importante aprovechar las mejores horas de luz solar para que se caliente la casa, dejando que entre la luz natural y apagando la calefacción. Sin embargo, es recomendable cerrar todas las ventanas y exposiciones al exterior cuando comience a atardecer.
Purgado de radiadores. Se trata de una práctica muy sencilla que debe llevarse a cabo en todos los radiadores del hogar como mínimo una vez al año. Consiste en extraer el aire acumulado con el paso del tiempo para asegurar que la circulación del aire no se interrumpe. Cuando el purgador es automático el aire se expulsa por sí mismo, un sistema recomendado en los radiadores de aluminio.