Son muchos los sectores que, tras una gran crisis económica que no ha dejado a nadie indiferente, han tenido que reinventarse para no quedarse atrás en factores clave como la competitividad o la innovación. El sector inmobiliario es uno de ellos, y los agentes que actúan en el mismo llevan tiempo tomando medidas para adaptarse a la nueva situación que el entorno económico demanda.
Un ejemplo de ello es la iniciativa lanzada por la Asociación Española de Oficinas, que agrupa a los propietarios de este tipo de inmuebles, y que ha creado un sistema que permite medir la calidad técnica de los edificios. Este nuevo método arrojaría la transparencia necesaria sobre factores clave que van desde los metros cuadrados disponibles hasta la eficiencia energética de las oficinas pasando por la antigüedad del edificio, con el objetivo de precisar un precio adecuado a las condiciones reales del inmueble.
De esta forma, son 45 los parámetros técnicos que analizarán el edificio desde distintos puntos de vista que van desde la arquitectura, instalaciones, dotaciones singulares, la antigüedad hasta la certificación de los inmuebles. La suma de la puntuación de cada uno de estos parámetros le dará una clasificación, como las del ‘rating’ de los bancos desde C (la más baja), B, B+, A y A+ (la más alta). La decisión final sobre la nota del edifico saldrá de una auditora técnica, según avanza El Confidencial.
Madrid y Barcelona serán los mercados donde más homologaciones se produzcan (500.000 metros cuadrados entre septiembre y octubre). El mercado terciario suma unos 30 millones de metros cuadrados, valorados en 65.000 millones de euros con unas rentas que mueven 4.500 millones de euros al año.