El gas sube cada año y con todo lo que está pasando entre Rusia y Ucrania, una de las consecuencias negativas para los españoles ha sido la referida al gas y a la electricidad. Rusia es el principal suministrador de gas de Europa, aproximadamente el 41% del gas de Europa proviene de Rusia, según Eurostat. Y, ¿qué ocurre? Que ese gas pasa, en su mayoría, por los gasoductos de Ucrania, por lo que se entiende la dificultad que tiene el gas de llegar a las distintas zonas europeas, entre ellas España. De ahí que los precios estén llegando a máximos históricos y sea necesario saber consejos para ahorrar gas en casa.
Para poder ahorrar gas en casa y hacer frente a la subida de precios este invierno, desde Grupo Mutua Propietarios enumeramos una serie de consejos para que puedas aplicar desde ya.
¿Cuáles son los consejos para ahorrar gas en casa?
Con estos consejos, tu bolsillo no se resentirá durante esta temporada.
Vigilar la temperatura de la calefacción
La calefacción es la medida más utilizada para calentar las viviendas en las temporadas más frías y una de las que más cuestan a la factura. Por eso, es fundamental hacer un buen uso de ella y no ponerla cuando existen otras opciones más rentables. Lo recomendable es que en casa haya una temperatura de unos 20º – 21º grados que es la considerada apropiada para estar cómodo en la vivienda.
Estar con la calefacción y en manga corta es contradictorio, ya que estarás desperdiciando gas. Quizá es preferible que cambies la calefacción por una chaqueta o bajes la temperatura, tu bolsillo lo agradecerá.
Una recomendación para aprovechar al máximo la calefacción es que el espacio que esté a su alrededor se encuentre despejado, para que así el calor no quede obstaculizado y pueda llegar lo más lejos posible. Esto también es aplicable a estufas, radiadores eléctricos, etc.
Tener un control de los radiadores
Como la mayoría de cosas en una casa (aparatos eléctricos, electricidad, agua…) los radiadores tienen que tener un correcto mantenimiento para aprovechar su máxima eficiencia y no gastar a lo tonto. Para ello, existen cuatro tareas básicas para que el mantenimiento sea óptimo: revisar los radiadores por si cuentan con alguna pérdida de agua, purgar los circuitos para quitar el aire, tener controlada la presión del agua y verificar que las juntas de los tapones se encuentren secas.
Contar con termostatos inteligentes
Los termostatos inteligentes regulan la temperatura ambiental y programan el horario de la calefacción para que se encienda o apague a ciertas horas. Además, los termostatos más modernos cuentan con wifi, por lo que podrás controlarlos desde el móvil en caso de que estés fuera de casa.
Dejar el grifo en el lado frío
Parece una tontería, pero cada vez que abres el grifo, si este se encuentra en el lado izquierdo (agua caliente) activarás la caldera haciendo que gaste.
Ahorrar gas en la cocina
Para aquellas comidas que de igual utilizar el horno o el microondas, es preferible este último. No solo ahorras tiempo, sino que el gasto es inferior. El horno implica tener que calentarlo primero para que después caliente la comida. Además, hay que tener cuidado de no abrirlo mientras está encendido porque el calor se pierde, lo que hará gastar más.
Si utilizas el horno con frecuencia, una vez hayas acabado de cocinar puedes dejarlo entreabierto, así podrás calentar la cocina sin la necesidad de encender una estufa o cualquier otro aparato de calor.
Utilizar agua fría o templada tanto en el fregadero como en la lavadora
Hay algunos casos en los que utilizar agua caliente es indispensable: para el lavado de toallas y sábanas o para fregar sartenes, cacerolas y ollas. Por el resto, no es necesaria. La ropa de casa y de exterior, así como la vajilla pueden servirse de agua tibia sin necesidad de que esté a temperaturas más elevadas. Al regular la temperatura del agua, ahorras energía.
Ventilar la casa a determinadas horas del día
Normalmente, la casa se ventila por la mañana aprovechando la hora del desayuno. Sin embargo, en pleno invierno y para no quedarte congelado, lo mejor es que ventiles tu casa en las horas del mediodía para que no se vaya todo el calor y luego cueste recuperarlo. Y por las noches mantener las persianas bajadas y las cortinas corridas.
Ahorrar gas en casa es cuestión de cambiar los hábitos que se tienen por otros que ayudarán a reducir el consumo de gas. Aunque al principio cuesta habituarse, en cuanto te acostumbres lo agradecerás.
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