La gran cantidad de información que manejamos en la actualidad necesita una gestión eficaz para que estos datos sean correctamente procesados. En este sentido, las grandes empresas generan mucha información económica y urbana que supone un enorme potencial para el desarrollo de las sociedades. Esto se consigue a través del Big Data, que permite analizar el comportamiento social y económico de las ciudades y aplicarlo a todas las áreas imaginables, también al mercado inmobiliario.
A pesar de que el sector inmobiliario se ha caracterizado siempre por su opacidad y por la distancia entre la oferta y la demanda, la relación de datos que permite el Big Data puede dar acceso a un conocimiento más amplio y activo. Las diversas fuentes de información, la incorporación de diferentes actores y las necesidades de los usuarios, lleva a nuevas formas de colaboración para comprar, alquilar o, incluso, invertir.
Las dudas previas a la adquisición de una vivienda se vuelven más sencillas con esta tecnología. ¿Dónde comprar?, ¿cuánto voy a tardar en vender mi casa?, ¿cuál es el precio real del mercado?… Una vez que filtra toda la información, el Big Data es capaz de priorizar los inmuebles y clasificarlos para dar salida a los más rentables: saber dónde invertir, en qué zona concreta y en qué estado de activo. Además, ayuda en la predicción de tendencias y, por lo tanto, a evitar riesgos en el futuro.
Por ejemplo, como señala el diario El Mundo en su blog El Big Data inmobiliario, el análisis del mercado de inversión de viviendas a través del Big Data permite observar como en Madrid los precios del alquiler subieron un 13% durante 2016 y su rentabilidad bruta anual fue del 5,6%, el mejor dato en años. Estudia también la situación de Barcelona e indica que los precios de alquiler y su evolución anual son mayores que en la capital, además, con una rentabilidad más baja. No obstante, ambas ciudades presentan buenas rentabilidades para el 2017.
Expertos inmobiliarios coinciden en que el uso de esta, ya no tan nueva, herramienta se hará imprescindible en el sector. El objetivo, estimular el mercado inmobiliario de una forma más segura para que, tanto el ciudadano que busca dónde vivir, como para fondos de inversión, consultoras, promotores y agencias, puedan entender de forma segmentada y localizada las áreas de actuación, concentrando toda la información y ofreciendo un análisis que ayude a la toma de decisiones.