Desde Mutua de Propietarios, confesamos que nos encanta la Navidad. No solo por ser una fecha que mucha gente celebra con alegría e ilusión en torno a una mesa o un árbol bien recargado de bolas, luces y espumillón, sino por ser, sobre todo, unas fiestas asociadas a pasar tiempo en familia, donde los hogares y los edificios que los acogen, se convierten en el centro de la celebración.
No obstante, el tono alegre y desenfadado de esta época del año, puede volvernos más confiados de lo que la prudencia aconseja, ya que es bien sabido que la Navidad es uno de los períodos más vulnerables del año en cuanto a robos se refiere. A continuación os dejamos algunos consejos que pueden resultaros útiles para prevenir situaciones desagradables:
- Los viajes en Navidad son muy frecuentes debido a que la familia se reúne en una sola vivienda, en ocasiones situada a varios kilómetros de distancia de nuestro hogar. Por ello es importante ser muy precavido con la información que publicamos en las redes sociales sobre nuestros movimientos o, en su defecto, tener muy restringido el acceso a nuestro perfil mediante las herramientas de privacidad de dichas redes.
- Es importante mantener las viviendas bien iluminadas para transmitir la impresión de que la casa está habitada. Las luces de Navidad pueden ser nuestras grandes aliadas en este punto al adornar las ventanas y terrazas con ellas, sobre todo por las noches.
- Si nos vamos de casa, es mucho mejor dejarle las llaves de nuestra vivienda a un vecino de confianza que ocultarlas en sitios accesibles para cualquier persona, como por ejemplo debajo del felpudo, en lo alto del marco de la puerta, o escondida en una maceta en el exterior de la casa
- Evitemos riesgos innecesarios. Si dejamos nuestras posesiones de valor visibles desde el exterior de nuestro hogar, estamos tentando a la suerte más de lo que nos gustaría. Es por tanto aconsejable apartar de las ventanas objetos tales como joyeros, dinero, ordenadores portátiles, televisiones…
- Finalmente, queremos hacer alusión a una medida muy conocida y recomendada por su eficacia: pedir a un vecino que retire la correspondencia de nuestro buzón, ya que puede dar la impresión de que no hay nadie en casa para recoger el correo.