Ante los cambios en la nueva Ley de Derecho a la Vivienda y en el mercado inmobiliario, ¿Has detectado en las comunidades de propietarios una percepción de incremento de la preocupación al que se enfrentan en el alquiler de viviendas?
La visión de la propiedad en las medidas adoptadas en la Ley de Vivienda para garantizar el derecho a una vivienda digna y asequible a los ciudadanos es un garante para el arrendatario, generando inseguridad jurídica a la propiedad porque no se establecen procedimientos ágiles para resolver el contrato en caso de incumplimiento por el inquilino.
Según nuestro reciente informe sobre ‘Satisfacción Vecinal’, una de cada tres personas tiene problemas con sus vecinos en España. ¿Qué medidas se podrían impulsar desde las comunidades de propietarios para mejorar esta situación?
La convivencia vecinal no siempre es pacífica y la solución corresponde al legislador que debería promover una nueva Ley de Propiedad Horizontal ajustada a las necesidades de hoy y evitar tantas modificaciones y parches sobre una LPH del año 1960, realmente obsoleta. Y para llevar a cabo esta nueva Ley deberá contar con los administradores de fincas, que somos los que realmente conocemos la problemática. Desde el Consejo General ya se está trabajando en ello y de momento se ha presentado en el Senado con las propuestas para modificarla que ha sido aprobada por la mayoría de los Grupos Parlamentarios, a la espera de que se apruebe en el Congreso de los Diputados.
En estas propuestas se incluyen las reuniones telemáticas, los libros de actas en formato y soporte electrónico y la necesidad de contar con un profesional en la gestión que tenga suscrito un seguro de RC, tal y como tenemos los administradores de fincas colegiados.
En diversos foros de AAFF existe especial preocupación por el relevo generacional en la Administración de Fincas. ¿Cuáles crees que son las principales razones que no atraen a las nuevas generaciones para seguir en el negocio familiar?
Existe un relevo generacional pero no en el porcentaje que nos gustaría y grandes fondos se han focalizado en este sector.
Profesionalizar los despachos como empresa y administrar el patrimonio con nuevas tecnologías facilitarían la continuidad de este relevo generacional, porque de forma implícita la gestión se desarrollaría en una jornada laboral mas conciliadora con el entorno familiar, que ahora tanto se demanda.
Existe actualmente una fuerte corriente de concentración de Entidades en la Administración de Fincas. ¿cómo ves este proceso? ¿Te preocupa? ¿crees que es pasajero, o un cambio profundo en la profesión? ¿cuál es tu opinión?
Nuestra profesión genera muchas expectativas, pero la capacidad limitada que tiene el administrador de fincas de tomar decisiones importantes, el trato personal que demanda la sociedad y los horarios de las juntas y/o reuniones a partir de las 19:00h desalientan a estas grandes firmas y esta cartera regresa de nuevo a los pequeños despachos.
El futuro de la profesión será la unión de profesionales concentrados en grandes despachos manteniendo el formato del trato directo con el cliente. Estos despachos dispondrán de servicios técnicos, formados por Arquitectos, Juristas.. que darán un servicio integral al edificio en todas las materias y a largo plazo, el administrador de fincas será un gerente patrimonial, con responsabilidad en sus decisiones.
En el último Congreso de AAFF de Alicante se habló de trabajar la Administración de Fincas con mayor visión empresarial. ¿Crees que los empleados responsables del trato directo con las comunidades tienen el perfil profesional adecuado para cumplir este objetivo? ¿Cuáles crees que son las habilidades que necesitarían desarrollar para conseguir este objetivo?
Nuestra profesión está en una evolución cambiante hacia una visión empresarial y para ello, desde los Colegios Profesionales, debemos formar y ayudar a los despachos que no tengan esta motivación y/o capacitación.
La sociedad ya lo está demandando con las nuevas edificaciones y los numerosos servicios que gestionar (gimnasio, padel, piscina, salón social…) que va más allá de la tradicional administración de un edificio.
La mayor resistencia al cambio es el personal de los despachos, y por ello, los programas de gestión se enfocan en la automatización de procesos para facilitar al trabajador muchas de las labores que hasta ahora eran personales, pero muchas veces no lo perciben como una ayuda, sino como una complicación mayor en su día a día. Quieren ser imprescindibles y deben ser prescindibles.