Debido a la creciente tendencia de cara a hacer más sostenibles las comunidades de propietarios, ¿qué cambios has observado al respecto en el ámbito de la energía renovable, eficiencia energética o reducción de residuos?
Creo que poco a poco va habiendo más conciencia social en este sentido pero, lamentablemente, las comunidades de propietarios, al tener tantas sensibilidades dentro, se mueven sólo por la obligación de adoptar medidas de eficiencia energética, y no por convicción. Salvo que haya algún propietario realmente convencido de las bondades de las energías renovables y convenza al resto.
En cuanto a los residuos, si bien la mayoría de las comunidades de propietarios ya disponen de los cubos necesarios y cumplen con el reciclaje, la reducción es otra cosa y depende exclusivamente de cada propietario de forma individual, no colectiva. Nos falta mucho en este último aspecto.
El auge de herramientas digitales, la inteligencia artificial y los dispositivos conectados (como cámaras, sensores y portales de vecinos) está transformando la gestión de comunidades. ¿Crees que los administradores de fincas están preparados para integrar estas tecnologías en su trabajo diario? ¿Qué retos y oportunidades ves en este proceso en relación con la privacidad y la seguridad?
Creo que los administradores de fincas colegiados estamos preparados o, al menos, tenemos los recursos para ello, a través de la valiosísima formación que nos proporcionan nuestros colegios profesionales. Creo que este va a ser un aspecto fundamental para la distinción entre los administradores de fincas colegiados y los no colegiados.
Desde los colegios de administradores de fincas creemos que la formación es fundamental y más en este campo, que no debe verse como un futuro sino como una realidad que ya se está aplicando.
En todo caso, esto no nos debe desorientar de nuestros verdaderos clientes, los propietarios, y de la cercanía que debemos tener con ellos. Debemos usar estas herramientas digitales pero con cabeza, sensibilidad y humanidad.
Con las propuestas legislativas actuales para aumentar la oferta de viviendas asequibles, agilizar los trámites de licencias de obra y revisar los precios de las viviendas protegidas, ¿qué desafíos y oportunidades crees que afrontarán los administradores de fincas en 2025?
Creo que es un campo en el que los administradores de fincas tenemos gran margen de actuación siempre y cuando se cuente con nosotros para llevar a cabo estas actuaciones, dado que somos los profesionales que más y mejor conocemos esta materia al ser nuestro día a día.
El aumento de fenómenos meteorológicos extremos está impactando en los edificios y su mantenimiento. ¿Crees que las comunidades están preparadas para afrontar estos retos? ¿Qué papel debe jugar el administrador de fincas en la planificación y prevención de riesgos?
Por supuesto que las comunidades de propietarios están preparadas para afrontar estos retos, pero para ello deben contar y confiar en un administrador de fincas colegiado, que son los profesionales que, en este campo y en todo lo relacionado con su funcionamiento, más y mejor conocen cómo actuar. Se debe cambiar, y de hecho se está haciendo poco a poco pero cada vez más, la mentalidad de conservación de los edificios, pasando de un mantenimiento correctivo a uno preventivo. Dentro de las posibilidades, hay que actuar antes de que suceda una catástrofe, y no después. Como siempre se dice, más vale prevenir que lamentar.