Tras sopesar el impacto y las consecuencias que ha tenido la reciente DANA en nuestro país, ¿qué valoración haces del papel que ha tenido el sector asegurador en esta crisis? ¿Qué lecciones hemos aprendido para incorporar a futuro?
Tras evaluar el impacto de la reciente DANA en nuestro país, queda patente una vez más el papel esencial del sector asegurador en la estabilidad económica y social. En momentos de crisis, la capacidad del seguro para mitigar pérdidas y ofrecer respuestas rápidas es clave para la recuperación de particulares y empresas.
En este sentido, el respaldo del Consorcio de Compensación de Seguros, un modelo único en Europa ha vuelto a demostrar su importancia, garantizando que las coberturas frente a fenómenos meteorológicos extremos sean viables y accesibles. Sin este mecanismo, sería difícil mantener un mercado asegurador que ofrezca protección asequible ante riesgos de este calibre.
Sin embargo, esta crisis también ha puesto de manifiesto que aún queda mucho por hacer en materia de educación aseguradora. Se han detectado numerosos casos de propiedades sin pólizas adecuadas o directamente sin seguro, lo que ha dejado a muchas familias y empresas en una situación de desamparo, dependiendo de posibles ayudas gubernamentales. Esto refuerza la necesidad de una mayor concienciación sobre la importancia de estar asegurado, especialmente en un contexto de cambio climático que hace cada vez más frecuentes estos episodios extremos.
Como sector, debemos seguir trabajando en la divulgación y en la accesibilidad del seguro, promoviendo un mayor conocimiento de sus beneficios y fomentando la cultura de la prevención. Solo así podremos minimizar el impacto de futuras catástrofes y garantizar que nadie se quede atrás cuando más lo necesita.
En un contexto donde la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa están ganando peso en todas las industrias, ¿cómo crees que las aseguradoras y los mediadores pueden contribuir a estos objetivos? ¿Consideras que existe interés por parte de los clientes en productos aseguradores más alineados con estos valores?
Si bien la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa están ganando peso en todas las industrias, en el sector asegurador la prioridad para clientes y mediadores sigue siendo la calidad del servicio. A pesar de la creciente sensibilidad hacia acciones sociales y medioambientales, lo que realmente marca la diferencia en la percepción del cliente es la eficiencia en la gestión de siniestros, la claridad en la contratación y la atención ágil y eficaz.
Por ello, el primer paso para que las aseguradoras y mediadores contribuyan de manera real a estos objetivos es mejorar la experiencia del asegurado. Depurar y agilizar los procesos, reducir la burocracia y garantizar respuestas rápidas y justas es fundamental para generar confianza y credibilidad. Solo sobre esta base se puede construir una estrategia de responsabilidad social corporativa con verdadero impacto.
Dicho esto, las aseguradoras tienen un papel clave en la sostenibilidad, no solo desde la óptica de la inversión en activos responsables, sino también fomentando productos que premien comportamientos sostenibles, como seguros que bonifiquen a empresas con políticas medioambientales o a conductores de vehículos ecológicos.
Con el auge de las plataformas digitales de seguros y los cambios en los hábitos de consumo, ¿cómo crees que puede evolucionar el rol del mediador en los próximos años? ¿Qué estrategias consideras clave para mantenerse relevante y competitivo en este entorno?
El auge de las plataformas digitales y la evolución en los hábitos de consumo han transformado la manera en que los clientes interactúan con el sector asegurador. Sin embargo, más que una amenaza, esto representa una oportunidad para los mediadores que sepan adaptarse y aprovechar las herramientas tecnológicas a su favor.
La tecnología ya no es un valor añadido, sino una necesidad. Los clientes esperan inmediatez, comodidad y accesibilidad, y eso pasa por estar presentes en los canales digitales que utilizan a diario. No obstante, aunque la digitalización agiliza procesos y facilita la gestión, el valor diferencial del mediador sigue siendo el trato personal, la asesoría experta y la capacidad de ofrecer soluciones personalizadas.
Para mantenerse relevante y competitivo en este nuevo entorno, el mediador debe adoptar una estrategia híbrida que combine tecnología y cercanía. Es clave estar disponible en los canales que el cliente prefiere, ya sea a través de plataformas digitales, mensajería instantánea o redes sociales, sin perder el contacto humano que genera confianza y fidelización.
Asimismo, la inteligencia artificial y la automatización pueden desempeñar un papel fundamental en la mejora del servicio, permitiendo una atención más ágil y disponible 24/7, sin que ello implique perder el factor humano en la relación con el asegurado. La clave estará en equilibrar la eficiencia tecnológica con el valor de la experiencia y el conocimiento del mediador, adaptándose a un mercado cada vez más dinámico y exigente.